Gaggenau: los que juegan con la luz.

Gaggenau: los que juegan con la luz.

El estudio de diseño americano-holandés Graypants causa furor con sus elegantes lámparas de material reciclado. Ideas sencillas pero consecuentes, un extraordinario olfato para comprender el efecto de la luz, sostenibilidad y compromiso social caracterizan a estos jóvenes diseñadores.

Cuelgan del techo como incontables soles luminosos emitiendo una luz suave, acogedora y cálida como la miel líquida. Tanto en restaurantes como en salones o salas de conferencias, las lámparas colgantes Scraplight quedan perfectas en muchos techos. También en los de organizaciones medioambientales o aficionados al diseño con conciencia ecológica. Porque estas lámparas están fabricadas con cartón reciclado sometido a un tratamiento ignífugo y pegamento sin sustancias tóxicas. Sostenibilidad y responsabilidad en lo que respecta a los materiales son dos aspectos fundamentales para Graypants.

 

Las lámparas se fabrican en el sur de los Países Bajos, en el marco de un proyecto social dedicado a, como indica su nombre, «Personas muy distanciadas del mercado laboral», es decir: parados de larga duración y personas física o mentalmente disminuidas. En este tiempo, 30 de ellas se han especializado ya en las lámparas de Scraplight: cortan con láser las piezas de cartón para la lámpara y las pegan luego a mano. De esta forma, cada lámpara es un producto individual e inconfundible.

Porque los fabricantes de lámparas están orgullosos de su producto. Cuando terminan, sujetan en sus manos las lámparas acabadas y saben que llegarán a todo el mundo: a un hotel de Ámsterdam o quizás a Nueva Zelanda o Australia; en ocasiones llegan a verlas hasta en televisión.

El estudio de arquitectura y diseño Graypants se fundó en 2008 en Seattle y tiene una sucursal en Ámsterdam desde 2012. En Seattle trabajan ocho diseñadores, allí es donde surgen las ideas. En Ámsterdam, un equipo de cinco diseñadores las pone en práctica. El nombre se debe a los viejos pantalones grises de los dos fundadores, Jonathan Junker (32) y Seth Grizzle (33): la primera vez que los dos compañeros se encontraron en la facultad, ambos llevaban exactamente los mismos pantalones. Y, para espanto de muchos de sus amigos, se los siguieron poniendo para los actos oficiales durante los años posteriores . «Cuando empezamos a pensar en un nombre para nuestro estudio, nos acordamos de nuestros viejos y célebres pantalones grises», ríe Wouter. Y así nació Graypants.

Jonathan y Seth son en realidad arquitectos, pero ya en la época de estudiantes echaban en falta la creatividad, lo que les producía una cierta insatisfacción. Con materiales despreciados que encontraban por las calles fabricaron por las noches una silla: a veces de madera, otras de viejos periódicos y otras veces de cartón. La primera vez que tuvieron la oportunidad de mostrar las diferentes versiones de la silla en una exposición, estas parecían ligeramente perdidas en el gran pabellón, por lo que decidieron colgar una lámpara sobre ellas. Una de cartón. Pronto eclipsó a la silla por completo. «Todos se interesaban por la lámpara, nadie por la silla». Así fue como la lámpara colgante Scraplight se convirtió en el emblema de Graypants.

Entretanto, las lámparas ya están disponibles en muchas versiones, no solo redondas, también cilíndricas o elípticas. También hay nuevas series como las coloridas lámparas Kerflights, que proporcionan un original juego a rayas de luces y sombras. La más reciente es la serie Steplight: lámparas que no están hechas de cartón, sino de aros de aluminio también reciclados en su mayor parte. La primera parte de una colección de muebles en llegar al mercado es la «slice chair» (fotografía). Con un tablero multiplex de un metro y medio por dos metros y medio se pueden fabricar hasta cuatro sillas, «lo único que queda de él son virutas», comenta Wouter Smit.

 

Graypants ha crecido con los encargos realizados por grandes empresas: para Starbucks han diseñado una lámpara con los elementos de una taza de café que adorna ya 250 filiales de Norteamérica; para Amazon en Seattle, han amueblado toda una oficina; y para la sede principal de Airbnb en San Francisco, han pegado a mano hasta 25.000 pelotas de pingpong hasta formar una lámpara con el significativo nombre «The Cloud».

El debut arquitectónico de los diseñadores de Graypants fue en 2013 con su «Garage-Project», que les proporcionó directamente varios premios de arquitectura. Adaptaron un viejo garaje de los años de la posguerra para un cliente privado, transformándolo en una pequeña casa de campo luminosa y multifuncional, maravillosamente situada en el estrecho de Puget, un profundo entrante de mar en la zona de Seattle. En lugar de simplemente demoler el viejo edificio, mantuvieron la estructura portante y —algo tan simple como brillante— colocaron en su interior una caja de cristal. Ahora es un lugar perfecto para hacer fiestas, meditar, trabajar o descansar. El interior y el exterior parecen fundirse.

Las camas y el suelo nuevo se hicieron con las tablas de madera del revestimiento, también se limpiaron y reutilizaron los lavabos. Y la iluminación LED ofrece un atractivo contraste con el viejo horno de leña que, por supuesto, también se ha conservado. «¡También lo utilizan para cocinar!», informa Wouter Smit con orgullo. «Y ¿sabe una cosa? Todavía funciona perfectamente!»

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