La curiosa historia de Lladró: La perfección

La curiosa historia de Lladró: La perfección

Los noventa confirman el éxito de la trayectoria artística y profesional de los hermanos Lladró, cuyas obras recibirán importantes galardones y se expondrán en varias ciudades de todo el mundo.

En un espacio de diez años Lladró recibe los máximos reconocimientos a su trayectoria profesional: los Premios Príncipe Felipe a la Internacionalización (1993), a la Competitividad (1997) y a la Gestión de Marca Renombrada (2001). Tres galardones que los hermanos recogen de manos del Príncipe de Asturias y que suponen un hito para la empresa.

En 1991 el Museo Hermitage de San Petersburgo, considerado una referencia en arte en el mundo, acoge una exposición de esculturas de Lladró de las que la Carroza siglo XVIII y Don Quijote pasarán a formar parte de su colección permanente. Más tarde, Lladró exhibe una selección de sus piezas emblemáticas en el pabellón de Valencia en la Exposición Universal de Sevilla, así como en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo.
Centro Lladró de Beverly Hills.
Durante esta década, Lladró prosigue su expansión en algunas de las ciudades más importantes del mundo. En 1996 se inaugura la primera tienda propia de Madrid, ubicada en la exclusiva calle Serrano, y un año más tarde se abre el Centro Lladró de Beverly Hills. Se trata de un edificio con un atrevido y elegante diseño, situado en 408 North Rodeo Drive.
Con más de 40 años de trayectoria, la firma mira al pasado e identifica sus clásicos. Uno de ellos es el trabajo artesanal de las flores, que tiene su máximo exponente en la serie Caprichos, formada por delicadas composiciones florales y elegantes bouquets.

Elaboradas una a una con extraordinario pulso y paciencia, en estos centros florales destaca la cuidada recreación del modelo, desde la textura aterciopelada de la corola hasta la nervadura de las hojas.
Por otra parte, Lladró carga las tintas en la frescura y espontaneidad del boceto original en la serie Las Goyescas. Esta colección traslada al terreno de la escultura el vigor con que el pintor esboza sobre el papel sus creaciones.

La década de los 90 es también el periodo de las grandes composiciones, de las complejas escenas en las que conviven muchos personajes. En este sentido, La llegada de la Cenicientaes una de las piezas más significativas de la historia de Lladró.

A finales de los 90 surge la lujosa colección Legend, que combina la textura delicada y traslúcida de la porcelana con el brillo del oro y las piedras preciosas.
Una serie de criaturas imaginarias, hadas, duendes y angelitos que se plantean como un nuevo reto técnico formal y una nueva vía de expresión para los artistas de Lladró.

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