La curiosa historia de Lladró: Los orígenes
Para enternder la filosofía de una empresa en ocasiones es necesario remontarse a los inicios de la misma
En 1953 los hermanos Juan, José y Vicente Lladró elaboran sus primeras creaciones con una vocación experimental en un horno moruno construido en su propia casa natal, en Almàssera (Valencia).
A mediados de esta década, empiezan a realizar esculturas en las que se puede apreciar una clara influencia de las tendencias del setecientos. Estas piezas evocan las obras de las manufacturas de porcelana del pasado, como Meissen, Sèvres o Capodimonte.
Un número creciente de escultores, químicos y decoradores multiplica la labor de los fundadores, que deciden incorporar un logotipo a todas sus figuras.
Junto a la leyenda “Porcelanas Lladró” reproducen una obra maestra de la cultura griega, la Victoria de Samotracia, asociando su apellido al ideal del arte clásico.
A finales de esta década, Lladró abre una tienda en Valencia a la que seguirán dos más, en pocos años. De esta manera dan salida a su inquietud artística mientras trabajan en una fábrica de azulejos y vajillas. Estas piezas, cuidadosamente concebidas, ya poseen un encanto especial que despierta el interés del público.